ÉL TE LLAMA POR TU NOMBRE
Se me hace maravilloso saber que para Dios no somos algo, para Dios somos personas y personas con nombres propios e identidad propia. Esta realidad nos muestra que para Él somos importantes. A nivel humano - civil uno de los derechos del Niño señala que todo ser humano tiene 'Derecho a tener un nombre'. Expresamente manifiesta que "nada más nacer, el nombre de todos los niños y niñas debe ser inscrito en los registros oficiales. Si no consta en estos registros permanecerá invisible el resto de su vida, lo que dificulta la garantía del resto de sus derechos" (https://www.unicef.org/panama/derechos). Que hermoso esto, si lo es nivel humano, a nivel divino lo es más, pues evidencia que para Dios no somos invisibles, para Él no pasamos desapercibidos, Él nos llama por nuestros nombres, Él te llama por tu nombre.
El hecho de que Dios sepa mi nombre y me llame por él, me da seguridad y estabilidad, me muestra que Él me conoce, que no soy huérfano, que tengo un Papá, que tengo a un Dios que está pendiente de mí y de todo lo que me pasa. No hay nada peor en el mundo que sentirse invisible, o verse ignorado, o que no se sepan tu nombre quienes están a tu alrededor. En cambio, Dios no te llama por tu apodo, pues tú no eres un apodo, Dios te llama por tu nombre, porque el nombre, a nivel bíblico, dice quién eres y a qué estás llamado.
Hoy Dios te llama por tu nombre y no solo te dice: 'Mario', 'Luis', 'José', 'Sara', 'Alba', 'María' (menciona tu propio nombre al leer esta parte), sino que además te dice: "Tú eres mío", "tú eres mía". Y, es que tener un nombre además de darte identidad te da pertenencia. Tú perteneces a algo, más bien, perteneces a alguien, le perteneces a Dios.
Así que cada vez que alguien te haga sentir como un 'Don nadie' dile que tú tienes nombre propio, tienes identidad, no eres un apodo, eres alguien, eres persona y que Dios sí te llama por tu nombre porque a Él sí le importas, y, además le interesa todo de ti porque tú le perteneces !Él te llama por tu nombre!
OREMOS JUNTOS
Amado Padre Dios, hoy te alabo con todo mi ser porque me sigues amando cada día con tu amor eterno. Gracias por llamarme por mi nombre, gracias por darme identidad y pertenencia a tu pueblo y a tu Reino. Gracias por rescatarme, y por no dejarme solo. Gracias por ser mi Padre y mi Dios. Gracias por tu hijo Jesús y por la identidad que me diste en Él y por Él. Gracias por todo lo que has hecho, haces y harás por mí. Te amo Papito Dios. En el nombre de Jesús. Amén.
Bendiciones y abrazos en Cristo Jesús.
Autor: Mario Martínez Herrera
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