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EL CORAZÓN QUE LE ENCANTA A DIOS



EL CORAZÓN QUE LE ENCANTA A DIOS


El salmo 51 (o 50 de acuerdo a la versión), muestra tantas cosas hermosas sobre cómo es Dios, y también lo horrible y bello que es el hombre, pero una de las cosas que llama la atención es la manera cómo el Rey David se dirige a Dios y cómo se relaciona con él. Y, lo hace como un hombre que reverencia, respeta, y tiene una amistad íntima con Dios, al punto de saber lo que a Dios le gusta y lo que no le agrada. Por ejemplo, dice sobre Dios que este, aborrece la maldad, pero también señala que le gusta el corazón sincero.


Y, sí, es así. A Dios le encantan los hombres y las mujeres que tienen un corazón sincero delante de él y delante de los hombres, aquellos que viven sin doblez, que no tienen nada que esconder, que tienen la verdad como escudo, que profesan la honestidad como su bandera y que no venden ni compran la sinceridad de su vida por nada ni nadie.


Este tipo de persona para Dios es muy valiosa, y es que Dios, para tratar y trabajar en una persona necesita que sea 100% sincera, pues Dios no puede obrar con un mentiroso ni puede manifestarse donde reina la mentira. Bien dice, la Palabra de Dios, que el padre de la mentira es el diablo (Jn 8, 44) y los que mienten se hacen hijos de él. Por ende, Dios aborrece a la mentira y no puede obrar en el mentiroso. Asi que aleja a la mentira de ti y deja a la mentira de lado.


Muchas veces el mundo nos engaña y nos hace pensar que es posible mentir sin tener consecuencias, pero la mentira tiene graves consecuencias. Como dice el dicho la mentira tiene patas cortas.


Asi pues, Satanás engaña a muchos de nosotros, y ante situaciones difíciles nos incita a mentir para quedar bien, para encajar y hasta para obtener un beneficio. Pero, al final la mentira siempre es y será descubierta, y es mejor pasar por ignorante que por mentiroso, pues el ignorante puede hacerse sabio con la humildad y la verdad, pero el mentiroso queda metido en la fosa que cavó su propia mentira y nadie confiará en él posteriormente.


Es cierto que Dios perdona todo, pero si quieres y anhelas el perdón de Dios, por favor, no le mientas y no te mientas a ti mismo, reconoce tus miserias, y pecados y camina con la verdad y la honestidad, y pídele a Dios que te dé un corazón sincero.


Oremos juntos: Amado Padre Dios. Hoy te brindo toda la gloria y te reconozco como el Dios de la justicia y la verdad. Dame, oh Padre ,un corazón sincero que te agrade e incúlcame un espíritu de sabiduría que te busque, conozca, reconozca, sirva y ame por encima de todas la cosas. Ayúdame a ser sincero contigo, conmigo y con los demás y enséñame a caminar con la verdad y la honestidad por delante. Toda la honra sea para ti, oh Dios, de la verdad. Te amo mucho. En el nombre de Cristo Jesús nuestro Señor y Salvador. Amén.


Bendiciones y abrazos en Cristo Jesús.

Autor: Mario Martínez Herrera

www.sincadenas.org

@mariomartinezherrera

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