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¡EL TEMOR DE ESCUCHAR A DIOS!



¡EL TEMOR DE ESCUCHAR A DIOS!


Que todo ser humano pueda escuchar su voz es uno de los deseos de Dios para con nosotros. De hecho, ha obrado de diversas maneras con el fin de que nosotros podamos escucharle y a su vez comprenderle (Cfr. Hb 1, 1 - 2). Pero ¿por qué la mayoría de los seres humanos no escuchamos a Dios? las respuestas a esta pregunta son diversas, pero solo mencionaré algunas.


El ser humano luego de la primera desobediencia quedó obstaculizado para poder escuchar a Dios libremente, por lo que a diferencia de Adán y Eva nosotros requerimos mayor esfuerzo para esuchar su voz. Es imprescidincible saber que Dios siempre habla y aún hoy nos sigue hablando, lo que nos hace saber que el problema de no escucharle depende, más bien, de nosotros.


Mencionaré cuatro obstáculos que no nos dejan escuchar la voz de Dios, y entre ellos están:


1. El miedo. ¿Por qué el miedo? Porque es un sentimiento de desconfianza que produce una sensación de angustia producida por el hecho de desconocer quién es Dios y quienes somos nosotros en él, y si no sabemos estas cosas fácilmente le desobedeceremos.


2. La vergüenza. Es un sentimiento de pérdida de dignidad causado por una falta cometida o por una humillación o insulto recibidos. Este sentimiento es producido por el pecado. El pecado nos hace vivir como quienes no tuvieran dignidad y esto dentro de la frustracíon ontológica nos hace vivir avergonzados.


3. La culpa. Es la responsabilidad o causa de un suceso o de una acción negativa o perjudicial, que se atribuye a una persona. Y en la vida cargamos mucho con eso peso. El gran peso de la culpa. Esa culpa que a veces no sabemos porqué la sentimos, pero que la sentimos. El que se experimenta culpable no es libre y por ende no le es posible escuchar a Dios.


4. El no querer escuchar a Dios. Los otros tres obstáculos mencionados pueden ser consecuencias conscientes e inconscientes. Esta es totalmente consciente y voluntaria. Hay personas que no quieren en su libertad escuchar a Dios, porque escuchar a Dios lleva a otra responsabilidad que es obedecerle y mucha gente le huye a la palabra "obediencia".


Te pregunto hoy ¿Sabes que Dios habla?

¿qué te impide escuchar a Dios? ¿Le escuchas con frecuencia?


Oremos juntos: Amado papá Dios, hoy te alabo con todo mi ser. Dame la gracia de escucharte y obedecerte para hacer tu voluntad. Que el escucharte sea mi deleite y el obedecerte mi delicia, que no pase un día a partir de hoy sin escuchar tu dulce y potente voz. Háblame tú, hazlo por medio de tu hijo Jesús y por medio de tu Espíritu santo. Te amo Papá Dios. En el nombre de Jesucristo. Amén


Bendiciones y abrazos en Cristo Jesús.

Autor: Mario Martínez Herrera

martinezherrera30@gmail.com

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