
¡ESTRENA UN NUEVO CORAZÓN!
Caminando por las calles de la ciudad vi que en los basureros habían colchones, sillones, camas, sillas, mesas y cosas del hogar deterioradas y dañadas que la gente ya desechó para estrenar en el nuevo año que inicia algunas cosas nuevas ya sea de la casa, la cocina, la sala, el comedor, o la recámara, pero, buscando en el basurero no hallé corazones viejos, rotos, sucios o maltratados, por más que busqué y rebusqué no encontré corazones entre los desechos.
Les confieso que esperé encontrar entre la basura, al menos, algún corazón reconroso, resentido, chismoso, adúltero, herido, soberbio, orgulloso, pendenciero, señalador, con pena propia, de doble ánimo, egocéntrico y pleitista, y no lo encontré. Y, me dio mucha tristeza porque me di cuenta que le gente estrena de todo en el año nuevo excepto el corazón y lo que tiene este tiene dentro.
Hago mías las palabras del apóstol San Pablo y les ruego (Cfr. Rom 12, 1) hoy que, por favor, estrenemos un corazón nuevo, un corazón sin dolor, sin rencor, sin celos ni envidias, sin miramientos, que no enjuicie a los demás, que no sea lujurioso ni creído, que no asesine a los demás con los deseos ni con la lengua; que estrenemos un corazón fiel, sincero, pacífico, honesto, leal, amante, libre, gozoso, alegre y creyente.
Hoy unamos esta meta a la meta del mensaje de ayer (Endereza los caminos del Señor), que en tu lista de metas se encuentre en algunos de los puntos de la lista: "Estrenar un nuevo corazón". Por favor, estrenemos un corazón puro, diferente al corazón sucio; un corazón libre, en lugar de un corazón atado; un corazón de carne en vez de un corazón de piedra (cfr. Ez 36, 26), un corazón espiritual en lugar de uno carnal, un corazón pletórico en vez de uno triste, en fin, un corazón manso y humilde como el de Jesucristo (Cfr. Mt 11, 29).
Podemos iniciar nuestro año tomando el ejemplo del Rey David que en el Salmo 51 le pidió a Dios un corazón nuevo y puro, y un espíritu firme. Que este deseo, esté entre tus nuevas metas.
Oremos juntos: Papito Dios, tú que eres todo amor, bondad, justicia y santidad. Te pido hoy que crees en mí un corazón nuevo, puro, fiel, y enamorado de ti, de tu Palabra y de tu santa voluntad. Haz mi corazón semejante al de tu Hijo Cristo que es manso y humilde. Ayúdame y enséñame a amar, a perdonar y a olvidar las ofensas que carcomen mi corazón. Dame un corazón de carne y cambia mi corazón de piedra para poder amar a todos, así como tú les amas. Toda la gloria es para ti. En el nombre de Jesús. Amén.
¡Feliz año que inicia 2023!
Bendiciones y abrazos en Cristo Jesús.
Autor: Mario Martínez Herrera
www.sincadenas.org
martinezherrera30@gmail.com
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