¡PONTE UN VESTIDO NUEVO!
Es hermoso ver a las personas cuando se visten elegantemente para alguna ocasión especial, por ejemplo: para una boda, para una entrevista, alguna actividad formal que requiere que la gente se vista formalmente; a eso le llamamos, en otras palabras, vestirse de acuerdo a la ocasión.
Asimismo, sería irrespetuoso y deshonroso vestirse inadecuadamente respecto a la ocasión y estar entre los comensales con ropas sucias, o rotas, o ir a una reunión con el más alto mandatario de una región o país, en ropas de dormir ¡que horrible sería eso! Pues, te digo que, en nuestro camino de conversión es necesario hacer lo mismo, es decir, es necesario vestirnos con las ropas adecuadas según nuestros estados y condiciones actuales.
La analogía del vestido es una bella manera de hacerte saber que si quieres estar con Dios y caminar con él debes hacer algunos cambios en tu vida. Y, estos cambios van desde la renovación del comportamiento hasta los cambios de los pensamientos. De hecho inicialmente, primero se van cambiando los pensamiemientos y posterior a estos, los comportamientos.
Estos cambios interiores y luego exteriores representan una nueva manera de vivir que requiere que usemos espiritualmente vestidos nuevos, es decir, debemos revestirnos de una nueva manera de vivir y estar según Dios y su Palabra. Dicho de otra manera, es vivir yo de acuerdo a lo que creo y a la fe que profeso en Cristo Jesús.
Y ¿qué es esto de revestirse de la nueva condición humana? Pues sencillo, es vestirse de Cristo, es ponerte por encima de tu vestimenta humana viciada, carnal y pecaminosa, el ropaje de la regeneración en Cristo Jesús. Es dejar lo viejo y asumir lo nuevo, es dejarse redimir por la Sangre preciosa de Jesús y permitir que él guíe tu pensar y actuar, pero esto requiere cinco cosas: decisión, arrepentimiento, conversión y puesta en marcha, y claro está revestirte con las ropas nuevas del hombre regenerado en Cristo Jesús por medio del Espíritu Santo.
Y tú ¿Estás usando las ropas nuevas del hombre regenerado en Cristo? ¿O sigues usando las mismas ropas viejas del pecado, los vicios y los malos hábitos de aquellos que no conocen a Dios?
Te invito a usar hoy las ropas nuevas y un paso inicial es confesar todos tus pecados.
Oremos juntos: Jesús mi Señor y Redentor yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y reconozco que me afectan y pesan de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno y santo como tú, propongo firmemente no volver a caer en el pecado, y confío que por tu eterna misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
Bendiciones y abrazos en Cristo Jesús.
Autor: Mario Martínez Herrera
www.sincadenas.org
martinezherrera30@gmail.com
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